Durante la primera mitad del siglo XVI, en lo que actualmente es el estado de Michoacán, tres principales ciudades del imperio purépecha se encontraban en auge y controlaban la vida política, económica y religiosa de todo el imperio.
Estas capitales eran: Tzintzuntzán, Ihuatzio y Pátzcuaro. Los purépechas fueron el único pueblo que nunca pudo ser conquistado por el poderoso imperio mexica.
A continuación te contamos un poco más de ellos:
1. Los P’urhépecha jamás perdieron una batalla. Y, a pesar de haber tenido grandes enfrentamientos con los mexicas (aztecas) a partir del del siglo XV, nunca fueron sometidos, sino que se convirtieron en sus principales rivales en poderío, cultura y territorio.
2. Los P’urhépecha lograron un modelo de gobierno único, estableciendo un señorío paralelo en Tzintzuntzan, Ihuatzio y Pátzcuaro; tres capitales gobernadas al mismo tiempo, igual de poderosas y autónomas, pero en unidad y coordinación perfecta.
3. El Gran Imperio P’urhépecha llegó a controlar los territorios que hoy conforman los estados de Michoacán, Guerrero, Colima, Jalisco, Querétaro y Guanajuato, además de dejar rastros de su cultura en Aguascalientes, San Luis Potosí, Zacatecas y la gran parte del Estado de México, lo que hace pensar que hasta esos sitios llegó su poderío.
4. La arquitectura característica de los P’urhépecha fue de grandes basamentos circulares, muy diferentes a las del resto de América, formadas por terrazas alargadas y plataformas. Eran de planta mixta, se conocen como yácatas y estaban hechas con piedra volcánica y lajas, unidas con argamasa. El hecho de que no sea “tan imponente” como en otras ciudades prehispánicas se debe a que el poder estaba descentralizado en muchas pequeñas ciudades, dividiendo incluso el reino de forma tripartita entre Tzintzuntzan, Pátzcuaro e Ihuatzio, cosa que no sucedió en ninguna otra cultura de Mesoamérica.
5. Hay muchas danzas que definen la identidad de los pueblos indígenas michoacanos. Son expresiones artísticas con alto grado de dificultad que marcan la cultura P’urhépecha. La más reconocida sea tal vez la Danza de los Viejitos pero no es la única, pues en Michoacán hay alrededor de 500 variantes de danzas indígenas tan sólo en la cultura P’urhépecha.
6. La indumentaria de hombre y mujer P’urhépecha es realmente hermosa y algunos de sus trajes tienen un costo de hasta $80 mil pesos. La ropa de la mujer es diferente en cada pueblo y denota características como su estado civil, edad y estatus, además de que hay tres tipos de trajes: de uso cotidiano, ritual y de gala o festivo, por lo que hay unas 250 versiones del traje de mujer P’urhépecha.
7. Las recetas de la cocina tradicional michoacana se han heredado de generación en generación y cuando la UNESCO declaró a la gastronomía mexicana Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, lo hizo basándose en la comida tradicional P’urhépecha y así lo plasmó en la declaratoria. Para el pueblo P’urhe la comida no es sólo un alimento, sino un ciclo ritual, festivo y cotidiano en el que participa cada miembro de la comunidad cuyo legado, desde la manera de cultivar hasta la elaboración de los alimentos, se mantiene bien vivo.