1. Los Purépechas jamás perdieron una batalla. Y, a pesar de haber tenido grandes enfrentamientos con los mexicas a partir del del siglo XV, nunca fueron sometidos
2. Los Purépechas establecieron su señorío en Tzintzuntzan, Ihuatzio y Pátzcuaro. Ese imperio llegó a controlar los territorios que hoy conforman los estados de Michoacán, Guerrero, Colima, Jalisco, Querétaro y Guanajuato.
3. La arquitectura característica de los purépechas fue de grandes plataformas formadas por terrazas alargadas y pequeñas pirámides. Eran de planta mixta, se conocen como Yácatas y estaban hechas con piedra volcánica y lajas, unidas con argamasa.
4. Hay muchas danzas que definen la identidad de los pueblos indígenas michoacanos. Son expresiones artísticas con alto grado de dificultad que marcan la cultura purhépecha. La más reconocida sea tal vez la Danza de los Viejitos.
5. Los trajes típicos son realmente hermosos. El traje de la mujer consiste en una falda “sabalina”, la cual se sujeta con un ceñidor, dejando sobresalir 20 cm de tela para formar el famoso “rollo” de las tarascas. El traje consiste en una falda negra, de pañete, con enaguas blancas de manta. Portan dos ceñidores: El primero sostiene la falda y el otro sirve de adorno. La camisa se usa plegada sobre el pecho y la espalda, con una jareta a lo largo del escote y va bordada sobre los hombros y alrededor del escote, con figuras de flores, perros y otros animales. Los delantales son de cretona, en cuadros de colores. El peinado consiste en dos trenzas y llevan aretes de diversas formas.
6. La comida está definida por una base de maíz, frijol y chile. Las recetas de la cocina tradicional indígena se ha heredado de generación en generación y cuando la UNESCO declaró a la gastronomía mexicana Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, lo hizo basándose en el ejemplo de la comida tradicional purépecha, cuyo legado, desde la manera de cultivar hasta la elaboración de los alimentos, se mantiene bien vivo en la cultura purépecha.
7. Otra característica única de los purépechas es su idioma, el p’urhépecha (o p’urhe o purembe), que no tiene ningún parentesco lingüístico cercano con alguna otra de las lenguas indígenas de México antiguo.
8. La Celebración del Fuego Nuevo rn el calendario p’urhépecha esta fecha corresponde al inicio del ciclo agrícola que da principio con el paso de la constelación de Orión por el cenit del firmamento, dándose así las condiciones favorables para la preparación de las tierras de cultivo. En las celebraciones participan las cuatro subregiones: Rivera del Lago de Pátzcuaro, Sierra de la Meseta, Cañada de los Once Pueblos y Ciénega de Zacapu, con el objetivo de exaltar y revalorar los conocimientos y las raíces culturales prehispánicas de este gran pueblo.
9. La Fiesta de ánimas o “Animeecheri k’uinchekua”, mejor conocida como Noche de Muertos. Esta celebración tiene en Michoacán una simbología prehispánica muy poderosa para sus habitantes de origen purépecha, ya que el Lago de Pátzcuaro era considerado un portal hacia el mundo de los muertos. Por eso en la actualidad se les da la bienvenida a los difuntos cada dos de noviembre, con rezos y procesiones impresionantes que iluminan por completo la isla, extendiéndose la celebración hacia todos los rincones del estado.
10. Los Purépechas fueron sin duda artesanos consumados en una tradición que persiste hasta la actualidad en múltiples formas, destacando en su habilidad por trabajar los metales y la turquesa, así como para fabricar alfarería ceremonial y objetos de pluma y laca, textiles, fibras vegetales, madera y cantera.
11. La bandera purépecha tiene cuatro colores: El morado representa a la Ciénega de Zacapu y al maíz que se produce en la región; el azul, a la región lacustre del lago de Pátzcuaro; el amarillo,en la parte inferior representa la Cañada de los Once Pueblos; y el verde representa a la sierra. En el centro de la bandera se encuentran los cuatro elementos (aire, agua, tierra y fuego), así como las cuatro facetas que el ser humano cumple en la vida, según la concepción de los purépechas: nacer, crecer, reproducirse y morir. En el lienzo, se puede leer juchari uinapikua, “nuestra fuerza”.