Poesía campesina, cadencia del sentimiento purépecha… La relevancia de la Pirekua, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCOen 2010, rebasa cualquier definición: al primer compás se reconoce una tierra (Michoacán), una lengua (purépecha), una identidad (orgullosa de sí), una cultura (que honra sus raíces milenarias).
Los purépechas habitan la zona Lacustre de Pátzcuaro, la Meseta Purépecha, la Cañada de los Once Pueblos y la Ciénega de Zacapu. Uno de los elementos más emblemáticos de esta comunidad es la
pirekua, cuyo vocablo significa canción.
Aunque no hay un registro preciso sobre sus orígenes, se cree que este género es producto de combinaciones y mezclas culturales entre el pueblo purépecha y los conquistadores españoles.
En estos pueblos, las pirekuas se escuchan en los eventos públicos más relevantes: bodas, bautizos, fiestas religiosas, velorios, pero también en los festejos cotidianos: al final de las faenas, cuando se remodelan las casas o cuando se termina la cosecha.
Zacán, cuna de la pirekua
Esta comunidad, del municipio de Los Reyes, tiene una gran tradición artística. En este suelo nacieron grandes compositores e intérpretes de la pirekua, sones y abajeños: Domingo Ramos; Bruno y Jesús Chávez Valencia; Juan y Vicente Méndez Medina; Santos y Lambertino Campos. Clásicas pirekuas como Flor de canela, Josefinita, Nendiskita, Magnolia, Lindo Color, El Calentón y Cara de pingo surgieron del talento de los oriundos de Zacán. Además, aquí se celebra el Festival Artístico de Zacán en el mes de octubre.


- 85% de la población indígena de Michoacán es purépecha
- 15% restante pertenecen a las culturas nahua, mazahua y otomí
- En Michoacán hay 340 mil purépechas
- De las 165 comunidades purépechas, en 120 existen compositores
- En 70 poblados se concentra el mayor número de creadores e intérpretes
- 30 son los plenamente reconocidos por su tradición en la composición y la interpretación de la pirekua
- En San Ángel Zurumucapio hay más de 50 bandas
Existen tres estilos fundamentales de componer e interpretar la música purépecha: la pirekua propiamente dicha (de ritmo lento y cadencioso, cantada, con cierta reminiscencia a los ritmos
europeos del siglo xix), los sones o sonecitos regionales y los abajeños (de ritmo más rápido).
El compás característico, tanto de la pirekua como del son es de 3/8 que, según Henrietta Yurchenco, se distingue como una línea rítmica–melódica de dos, tres, cuatro y algunas veces hasta cinco notas, contra el pulso de tres en el acompañamiento. Por su parte, Cecilia Reynoso refiere que el sonecito y la pirekua son géneros emparentados porque poseen el mismo tiempo y características rítmicas; la diferencia estriba justamente en que el primero es instrumental y la segunda, cantada. Además, ambos tienen dentro de su esquema rítmico un patrón de cuatro valores irregulares dentro de un compás ternario,
al que se le llama cuatrillo, sin el cual no sería música purépecha.



El abajeño purépecha es más reciente que el sonecito y se escribe en compás de 6/8 (más rápido). Tiene influencia rítmica de los sones de la Tierra Caliente de Michoacán. Una característica más de la música purépecha es el uso del “contracanto”, el cual se da cuando una o dos melodías van contrapunteando a la principal.