La Plaza de Armas de Morelia formaba parte, en un principio, de la Plaza Mayor que quedó seccionada al construirse la Catedral, conformando dos espacios, al oriente la Plaza de San Juan de Dios o de La Paz, hoy denominada Plaza Melchor Ocampo y poniente la Plaza de Armas o de Los Mártires.
A lo largo de 84 años que tardó la edificación de la Catedral sirvió como espacio para talleres y bodegas. Posteriormente, las actividades de la plaza cambiaron y se incrementó el comercio de los tianguis semanales sirviendo también para el aprovisionamiento de agua. Este espacio sirvió además como patíbulo en varias ocasiones -de aquí deriva su denominación como “Plaza de los Mártires”-, para realizar el castigo público de personajes como José Guadalupe Salto, vicario de Teremendo, quien se desempeñó como coronel insurgente y fue ejecutado en este sitio el 9 de mayo de 1812; asimismo el brigadier Miguel Gómez, cura de Petatlán, confesor de Morelos, fue sacrificado en este lugar el 27 de diciembre de 1813.
Posteriormente, en 1830, un grupo de defensores del federalismo fueron igualmente ajusticiados en el extremo sur-oriente de la Plaza, lugar donde se colocó una placa y una escultura alusiva al hecho. La Plaza de Armas esta conformada por espacios ajardinados en torno a un quiosco central, con senderos al centro de cada uno de los lados y en las diagonales, confluyendo todos al centro de la plaza; en la parte media de cada una de estas diagonales se localiza una fuente de cantería. Cuenta también con pilastras con faroles y bancas también de cantera.
Un cambio significativo ocurrió al cerrarse la circulación vehicular de la calle Hidalgo, lo que permitió anexar a la plaza ese espacio, así como la explanada ubicada al poniente de la Catedral, donde ahora se encuentra la estatua de Benito Juárez, en el lado sur; en tanto que en el extremo norte se localiza una fuente y la placa conmemorativa de la inclusión del Centro Histórico de Morelia en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO