La ex-hacienda de Villachuato, localizada al norte de Michoacán, en la localidad de Villachuato, municipio de Puruándiro. Se originó en el siglo XVI, fue propiedad del encomendero español Juan de Villaseñor y Orozco, quien tuvo su residencia en Huango, hoy Villa Morelos, para 1631 perteneció a Joseph de Figueroa. Para fines del siglo XIX, fue de Gregorio Jimenez Verduzco, dueño también de la de Zurumuato, de San Martín y la de Santa Ana Mancera, hoy Isaac Arriaga.
La casa principal data de los años entre 1875 y 1902, actualmente el inmueble se encuentra en ruinas, fue una importante hacienda en la región.
La casa principal aun conserva la belleza de la gran fachada de cantera rosa, la cual presenta el estilo ecléctico, edificio que es el más grande de todos los de la región, con 12 puertas-balcón en la planta alta, la de zurumuato es de 6 puertas-balcón en la segunda planta. Su fachada es de dos niveles, en el primero se ubica un amplio portal de arquería conformado por 17 arcos de medio punto, en el segundo nivel en la parte central se ubica una arquería de 5 arcos de medio punto alternada de cada lado por una serie de ventanas rectangulares. En su interior se ubican las ruinas de lo que fue un patio con corredores en forma de L con arquería de un nivel. Así mismo la hacienda poseía una estación de ferrocarril que actualmente está en estado ruinoso y abandonado.
A las haciendas de Gregorio Jiménez Verduzco se les consideraba el “Granero de Bajío”, ya que su producción de trigo, maíz, calabaza, garbanzo y frijol, se destinaba principalmente a la importante zona minera de Guanajuato, producción destinada cubrir la necesidad de alimentos para los mineros y oros sectores de la población.
Posteriormente, heredaría las haciendas de San Martín, Zurumuato y Santa Ana a su hija Dolores Jiménez Marmolejo y en consecuencia a su yerno Carlos Markassuza, quien las modernizó introduciendo el riego, maquinas trilladoras y mejoras en la producción logrando 2 cosechas anuales. Siendo la hacienda de Zurumuato la más productiva.
En esta bonita postal tenemos la hacienda de Villachuato, que es un claro ejemplo del poderío de aquellos terratenientes, todo gracias al trabajo extenuante y mal pagado de los peones, que malvivieron con penurias y siempre endeudados en la tienda de raya. Cosa que cambió radicalmente con el reparto agrario promovido por el General Lázaro Cárdenas del Río en enero de 1932, siendo gobernador del Estado de Michoacán. Personaje que demostró que hay verdaderos servidores del pueblo por vocación.